Trastorno de ansiedad por separación
Terminaron las vacaciones, los niños no quieren volver al colegio, lloran, se niegan a quedarse solos en los cumpleaños o a dormir en casa de los abuelos o primos. ¿qué le está pasando a mi hijo?
La más común de las rutinas como las vacaciones en familia, y hasta un fin de semana largo suelen provocar un retroceso en el desprendimiento logrado con su ingreso al jardín. Reaparecen los dolores de panza, el llanto de la despedida en la puerta del colegio, la angustia ante el hecho de separarse de mamá y papá.
Hasta los 3 años estas situaciones resultan previsibles en el proceso de individuación, sin embargo algunas veces se dan en niños mayores y en estos casos se transforma en una señal de alarma que hay que atender, dado que pueden ser antecedentes del llamado Trastorno de ansiedad por separación.
“El trastorno de ansiedad por separación es una alteración que se caracteriza por presentar niveles excesivamente elevados de ansiedad cuando el niño es separado de sus padres. Se trata de una de las psicopatologías más comunes que se presentan durante la infancia”.
El malestar que experimenta el niño al separarse de sus padres se entiende como una respuesta adaptativa en la que el pequeño, ante la previsión de no poder protegerse adecuadamente sin su ayuda, responde con angustia y ansiedad cuando éstos se separan de él.Esta ansiedad por separación permite al niño ir desarrollando de forma paulatina su capacidad de estar a solas.
Como decíamos anteriormente, hasta los 3 años es esperable que el niño manifieste cierto nivel de angustia al separarse de las figuras por las que siente más apego, pero no es tan así en los chicos más grandes; problemas de relación con compañeritos, querer jugar sólo con un amiguito y con ningún otro, la aparición de dolores de panza y hasta vómitos, el no animarse a ir a cumpleaños si la mamá no se queda, incluso hay nenes que no se desprenden de las mamás ni para ir al baño o que no la dejan ir a ella y se quedan del otro lado de la puerta.
Frente a estas manifestaciones hay que tratar de no enojarse y mantener la calma. Debe mantenerse una actitud amorosa, firme, marcando límites. No se trata de obligarlos a hacer lo que no quieren, pero tampoco ceder para que no lloren. Si hay actividades en las cuales los chicos se niegan a hacer algo sin separarse de la mama, una buena opción será que lo acompañe el papá u otra persona conocida por el niño.
De este modo, la aparición de ansiedad por separación no debe relacionarse siempre de forma automática con el trastorno de ansiedad por separación, es decir, experimentar este tipo de ansiedad no siempre constituye un trastorno psicológico de la infancia; sin embargo, es importante marcar que estas conductas merecen ser observadas y consultadas para hacer una evaluación diagnóstica adecuada.
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