El impacto de la alimentación en la calidad del sueño: factores claves a considerar
Consultamos a la Licenciada en Nutrición, Cecilia Fernández.
En una charla telefónica con el equipo de “Una Divina Mañana”, la Lic. Cecilia Fernández afirmó que “los seres humanos tenemos ciclos biológicos, un cronotipo genético que es lo que nos permite sincronizar el ambiente hormonal y los cambios que ocurren en el ambiente externo y para ello, disponemos de dos relojes, uno a nivel del hipotálamo (neuronal) que conecta el organismo con el entorno a través de los ciclos de luz y oscuridad, y otro en los órganos.
Debido a eso, todos los cambios que se producen en el ambiente externo (los ciclos de luz y oscuridad, en este caso) impactan directamente en nuestro organismo. Por eso, más que la ingesta de alimentos, lo que incide en nuestro organismo es el horario del día en que se incorporan alimentos, pues durante el día el cuerpo es más eficiente a la hora de realizar los procesos digestivos. Por el contrario, a medida que comienza a desaparecer la luz del día, todo el organismo se prepara para comenzar ciclos de descanso e iniciar los procesos de reparación.
Si cenamos en abundancia antes de iniciar los procesos hormonales previstos para ser llevados a cabo durante la noche, el organismo se confunde y quedan a medias ambos procesos: el de digestión y el de reparación, lo que hace muy probable que, al día siguiente, la persona se levante con menos energía.
También le consultamos sobre el estado de somnolencia que aparece después de comer, y nos explicó que lo que sucede es que después de hacer ingestas, es normal sentir somnolencia, ya que el cuerpo redistribuye el flujo de sangre que aumenta en el tubo digestivo y disminuye en el cerebro, por lo que este queda ralentizado, provocándonos ese estado de adormecimiento.
