Estamos en el horno

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¿Qué va pasar cuando el pasaglismo deje la municipalidad?

¿Soportará su gestión una auditoría?

¿El gobierno entrante tendrá el coraje de desenmascarar un gobierno soberbiamente oscuro y con cero transparencia?

Los que seguimos el día a día de las políticas o negocios que lleva adelante la municipalidad sabemos que a nuestro intendente solo le importa el maquillaje, la estética y el qué dirán de la ciudad. Las políticas a largo plazo, el ambiente y la soberanía de su gobierno y la ciudad no están en su escritorio.

Venimos de dos semanas donde el concejo deliberante oficialista en un par de sesiones express realizaron aumentos de las tasas antes de la Llegada de papá Noel y como si eso no alcanzara, también privatizaron el teatro, el autódromo y el estadio, no nos olvidemos que este año también dejaron en manos de empresarios sin escrúpulos el cementerio municipal.

Mientras muchos festejaban la playita, Manuel aprovechaba para aumentarles descaradamente las tasas municipales, instalarles medidores de agua, aumentar boleto de colectivo, taxi y remises y de paso entregar patrimonio del estado a los privados que nadie sabe quienes son.

A la justicia de la ciudad no le importa en absoluto lo que haga su titiritero, a él se le permite lo que sea, porque sino la posibilidad de pertenecer a la familia real se elimina automáticamente.

Pobre ciudad.

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