Cientos de familias viven en un entorno marcado por desechos, escombros y animales muertos, agravado por las recurrentes quemas que provocan un fuerte olor y un humo constante que afecta la calidad del aire.

El foco del conflicto se encuentra en la intersección de Gil Medina y José Núñez, donde los vecinos aseguran que las condiciones del predio representan un riesgo para la salud pública.

“Estamos cansados de vivir en estas condiciones. El olor es insoportable y el humo es constante. Es un atentado contra nuestra salud”, expresó uno de los residentes afectados a un medio local. La situación también impacta en la comunidad educativa de la Escuela Secundaria N° 23, ubicada a pocos metros del basural.

Los vecinos relatan que vienen realizando reclamos a la Municipalidad y a la Dirección de Cultura y Educación desde hace meses, sin obtener soluciones concretas. “No sabemos quién es el dueño del terreno, pero lo único que pedimos es que lo limpien ya”, reclamó una vecina, quien manifestó su preocupación por los riesgos sanitarios que representa el predio.

La acumulación de residuos y las quemas diarias generan un panorama alarmante. Los especialistas advierten que la exposición continua al humo y los desechos puede provocar enfermedades respiratorias y otros problemas de salud.

El abandono de espacios públicos y la proliferación de basurales representan un peligro que va más allá de lo visual. La falta de control en la gestión de residuos y la ausencia de políticas de saneamiento generan riesgos sanitarios que afectan directamente la calidad de vida de los habitantes.

La situación del Barrio San Martín no solo refleja una problemática local, sino que expone la urgencia de una intervención que contemple tanto la limpieza del predio como medidas de prevención para evitar que esta situación se repita. La presencia de basura en espacios públicos debe ser tratada con seriedad, ya que compromete la salud y seguridad de toda la comunidad.