No se olviden de plaza Sarmiento
Siente que se olvidaron de ella, que ya no la elegimos.
No más de diez privilegiados caminan sobre la sombra que permite que pocos rayos de sol la penetren.
Un circuito corto de tan solo cuatro cuadras, que son aprovechados para caminar y porque no mejorar el estado físico.
Esta plaza fue seguramente, el sitio que eligieron muchos para dar su primer beso, para pasar una tarde en familia o simplemente como yo sentarse a leer y escribir tomando unos mates.
Sentí la necesidad de expresar lo que la plaza siente. Siente que se olvidaron de ella, que ya no la elegimos.
Sus juegos (los que aún están sanos) siguen ofreciendo su alegría para los más pequeños. Más pequeños, que hoy eligen otra plaza, si esa que está de moda.
Ojala algún día volvamos a valorarla a esperar una hamaca media hora. Ojalá volvamos a elegir su césped para descansar y recostarse sobre el verde único que está ofrece.
Ojalá no se olviden de plaza Sarmiento.