Joya naranja

No tuvo miedo escénico. El marco lo agrandó, fortaleció su espíritu ganador. El nene con ansias de gran futuro les marcó el camino a los consagrados. Arámburu lo soltó en la madera de Coronel Suarez y el pibe le respondió. Somisa dormía una eterna siesta. Sarmiento imponía su estado local y sin demostrar gran poderío colectivo le sobraría para colocarse 14 puntos arriba. Un tal Bellozas en la pintura y sterz, el bombardero local manejaban los hilos de la victoria. Nicolás Fiorio, con sangre somisera, con rostro infantil pero con toma de decisiones adultas fue con cara de pocos amigos a defender su insignia. El flaco espigado de gran futuro en el básquet nacional mostró sus primeras armas en condiciones adversas. En el tercer cuarto acomodó los tantos con 5 puntos en fila para que, en el amanecer del último período, lanzara la naranja desde los 6.75 m. silenciando el reducto ajeno. La pelota golpeó el cristal y se metió velozmente en el aro, ante la mirada atónita de la gente local. Somisa estaba nuevamente en partido y el pibe se sintió útil para sus compañeros. Sumó importantes minutos en una instancia decisiva provincial donde ganará el que menos errores cometa. Las estadísticas frías marcan que Sarmiento le ganó a Somisa el primer chico al mejor de tres, siendo el tanteador 74 a 68. Esa es otra historia. En la derrota se sacan grandes conclusiones y Somisa vuelve de Coronel Suarez sabiendo capitalizar errores que costarán carísimo si los vuelve a cometer. Luego del grito de la chicharra, Nico tuvo ese rostro producto de la derrota pero el pecho erguido del niño/hombre que sabe que cumplió con la causa. El viernes habrá revancha en el Socios Fundandores. Nico estará en su casa, donde mejor se siente, donde es mimado por su gente, esperando como un gladiador defendiendo su bandera. Con solo 16 abriles jamás le tembló la mano en tierras lejanas. Nicolas Fiorio se saco el traje de juvenil, se calzo el de protagonista y le queda pintado.