Apuntes de la descamisada
Por Javier Tisera.
Y recogieron su nombre …y lo llevaron a la victoria.
Hoy el busto de Evita que fue arrastrado y humillado en la calle, en el golpe de estado de 1955, está emplazado en la esquina del Sanatorio de la UOM. Su deterioro muestra el grado de odio que le causó el peronismo a los reaccionarios. No es solo un busto de bronce de una mujer amada por el pueblo trabajador, sino un testimonio de un vandalismo e intolerancia que no se puede volver a repetir.
Cuentan las crónicas que al cumplirse nueve meses del paso a la inmortalidad de Evita, el Concejo Deliberante de San Nicolás aprobó la Ordenanza 107 /52 que decidió el cambio de nombre de calle Mitre por el de Eva Perón. Esta iniciativa fue del Departamento Ejecutivo que encabezaba Federico Bisogni y fue aprobada por el cuerpo deliberativo que era presidido en ese momento por Modesto Gorosito. Se dispusieron 5000 pesos para el cambio de la cartelería y para los gastos que insumiera el cumplimiento de la ordenanza.
Para el primer aniversario de su desaparición, San Nicolás contaba por lo menos con cinco bustos de Evita. Uno en el propio Palacio Municipal, en la Destilería de Alcohol Anhidro que fue inaugurado con la presencia del Ministro de Industria Rafael Amundarain, otro en el barrio de la Superusina que fue inaugurado el 23 de abril de 1953 por un representante de la CGT, Rodolfo Llorca, que hizo uso de la palabra y diferentes gremios y representantes de instituciones participaron con ofrendas florales, el cuarto en la sede de la Sociedad Mixta Siderurgia Argentina que se inauguró a los diez meses del fallecimiento por iniciativa de la empresa estatal y los trabajadores, por la Siderurgia habló Leonardo Cole, por los metalúrgicos Pedro Giménez y José Romero por los obreros de la Construcción.
[b]El quinto[/b]
Y el quinto que fue emplazado al cumplirse el primer año de su fallecimiento en la entonces Plaza que llevaba su nombre: Eva Perón. En el mismo lugar donde se había levantado una capilla ardiente cuando el pueblo lloró su muerte. Ahora se trataba de un homenaje permanente con un busto de bronce y en el lugar se levantó un altar (Mitre y Guardias nacionales) y se ofreció un solemne Tedéum con homilía del párroco de la catedral, Rodolfo Torti y, posteriormente, un coro de alumnos bajo la dirección de Enrique Lozzi y la banda del Batallón de Zapadores Pontoneros se encargaron de la música sacra. Para ese día, los trabajadores y el pueblo se concentraron a las 20:00 frente al palacio Municipal y recorrieron las tres cuadras a pie con las antorchas para homenajear a la Abanderada de los Humildes.
El busto tenía un reloj vegetal que marcaba la hora en que Evita había cerrado sus ojos definitivamente: las 20: 25. Y dos lámparas votivas y pedestales con cadena que circundaban el busto. Según cuenta la crónica, fue arrancado en 1955 por una turba en plena Plaza Mitre y enlazado y arrastrado por las calles de San Nicolás, fue golpeado con una maza hasta destrozar sus rasgos y finalmente, en horas de la noche, tirado al río.
Después de un tiempo, el marinero que estaba de guardia en la zona del Cabotaje, pudo recuperarlo y se lo entregó en guarda a Facundo Larguía – militante peronista- que tenía su estancia en la zona del Arroyo del Medio en jurisdicción de Villa Constitución.
Por aquellos tiempos la estancia de Larguía era frecuentada por personalidades destacadas de la cultura y el pensamiento. Entre esas personalidades figuraba el historiador revisionista José María Rosas, amigo personal de Larguía.
El busto estuvo en la estancia de Larguía pero después de la muerte de Facundo, su viuda se lo entregó a José María Rosas.
[b]La recuperación[/b]
Los concejales peronistas Pedro Marchi, Denis Stagnaro y el secretario del HCD, doctor Alberto Viviani, una tarde se encontraron frente a la puerta del departamento del historiador en Capital Federal. José María Rosas ya estaba anunciado que iban a pasar a buscar el busto, los recibió rápidamente y fue expeditivo – cuentan Stagnaro y Viviani- nos despidió y nos vinimos en el Falcon negro de Stagnaro que era taxi. Los concejales en la breve charla le dijeron a Rosas que el busto iba a ser restituido y que iba a ser invitado a la ceremonia.
A mediados de 1973, en la Unidad Básica “Martin Rodríguez” en el barrio Química, se ofreció una conferencia de prensa para presentar el busto recuperado. Cuarenta jóvenes rodeaban al intendente Eduardo Kolberg que de traje se instaló al lado del busto ultrajado en 1955. La crónica de El Norte tituló “la Juventud Peronista recuperó el busto de Evita emplazado años atrás en la Plaza Mitre”.
El ex concejal Stagnaro y Viviani explicaron que se habló con un escultor y le convenía al municipio adquirir un nuevo busto y emplazarlo nuevamente en Plaza Mitre. Y así se hizo, el busto del ´55 quedó en guarda de una familia que decidió esconderlo cuando sucedió la noche oscura del golpe de estado”.
[b]Imagen 2:[/b] Román Alfredo Subiza, Ministro de Asuntos Políticos junto a Evita y el general Juan Perón.